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La historia nos revela como debiéramos cuidar de la niñez y la juventud con diabetes

Estamos claros, sobre lo difícil que era vivir con diabetes tipo 1 cuando recién se había descubierto  la insulina hace ya casi 100 años.   Entonces, el uso de la misma constituía una terapia innovadora, con la que  se tenía una experiencia limitada;  debiendo administrarse  en volúmenes grandes, utilizando jeringuillas que debían ser esterilizadas  hirviéndolas en la estufa.  Las agujas, que se despuntaban frecuentemente, debían ser afiladas a mano;  y la única manera de comprobar los niveles de azúcar en la sangre era por medio de pruebas de orina. La esperanza de vida de las personas con diabetes tipo 1 en esa época, no era muy larga; porque muchos de ellos desarrollaban las complicaciones comunes de la enfermedad, tales como problemas del corazón, insuficiencia renal, daño nervioso, ceguera, y muchas más. En conclusión, podemos identificar los factores de riesgo que originaban esos resultados; entre ellos, el   pobre control metabólico, debido a que se contaba con muy pocas herramientas para manejarla.

 En la actualidad, haber vivido con diabetes tipo 1 durante 25, 50 o hasta 75 años se ha hecho cada vez más frecuente; y a este grupo de personas pertenece Spencer M. Wallace Jr; quien fue diagnosticado de diabetes tipo 1 en 1931, cuando tenía 7 años de edad.  Pero, el Sr Wallace NO está solo,  como él, hay casi 3.500 hombres y mujeres que han vivido con Diabetes durante más de medio siglo; y cuarenta y cinco de ellos, incluido el señor Wallace, han superado la marca de los 75 años.

Vivir con Diabetes tipo 1 en este tiempo todavía tiene sus retos; aunque la confirmación de los niveles de azúcar en la sangre ahora se puede hacer en pocos segundos, y existe ya la tecnología para realizar monitoreo continuo de glucosa, la comprobación de la misma en las yemas de los dedos, sigue siendo la más utilizada.  Contamos además, con varios tipos de insulina de larga y de corta duración, disponibles para controlar el azúcar en la sangre; las plumas de insulina, han sustituido a las jeringas, y es más, ahora tenemos a la mano también micro-infusoras de insulina que la administran de una forma más controlada, reduciendo la aparición de las temidas hipoglucemias.   El mejorar el control de azúcar en sangre mediante estos avances, está ayudando a las personas con diabetes a vivir más tiempo; pero el pilar fundamental de su manejo sigue siendo la educación.

Los supervivientes a largo plazo, de alguna manera  han estado protegidos contra las complicaciones de la diabetes tipo 1.  La identificación de los factores que les han conferido resguardo, nos  pueden señalar el camino a nuevas terapias para prevenir o minimizar las complicaciones. Las lecciones que se aprendieron de este grupo de personas pueden enseñar al resto a  vivir mejor.  Lo cierto es que manejar adecuadamente la diabetes, manteniendo los niveles de glucosa lo más cercano posible a la normalidad, provee de factores de protección contra las complicaciones de la misma; permite no solo vivir vidas más largas y saludables, pero también tener la responsabilidad moral de inspirar a otros, lo que requiere del trabajo conjunto también de  la familia y los amigos.

El paciente con diabetes debe buscar educarse, y acceder a un ambiente médico donde su enfermedad sea controlada por un equipo profesional, que incluya expertos en áreas importantes de su cuidado. Este equipo deberá estar formado por un pediatra o médico general; un experto en diabetes, quien usualmente es un endocrinólogo; un nutricionista, un experto en educación, un equipo que le asesore para hacer ejercicio y alguien quien le provea consejo y soporte psicológico cuando sea necesario. Otros miembros pueden ser adicionados a medida que sean necesarios para tratar o prevenir complicaciones, y no debemos olvidar los grupos de apoyo terapéutico,  otra de las herramientas disponibles. Como muchos de los pacientes que tienen una vida larga con diabetes, la historia Spencer M. Wallace Jr, está fabricada con  una tonelada de buena actitud, buena asesoría de su equipo médico, y el apoyo desinteresado de su familia y amigos.

Maya Serrano
Endocrinóloga Pediatra

TEL: 2385 9741
7 AV. 3-33 ZONA 9, GUATEMALA
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